Erving Goffman, destacado sociólogo canadiense afirmó a mediados de los años cincuenta, que cualquier grupo de personas forma una vida propia que al ser mirada de cerca, se hace significativa, razonable y normal. ¿Qué elementos dentro de una cultura organizacional hacen que los proyectos e ideas creativas, en lugar de ser una casualidad u obra de genios o expertos individuales, sean una tarea significativa, razonable, y sobre todo, normal para los equipos de trabajo?

las empresas con mayores niveles de avance en su cultura creativa muestran un desarrollo balanceado de 10 capacidades clave.

La principal capacidad de las empresas con cultura creativa e innovadora desde hace dos años es Apertura Externa, y remite a su habilidad para conectarse con el ecosistema de innovación en busca de nuevas ideas y oportunidades. En estas compañías, sus colaboradores trabajan directamente con proveedores, clientes y partners, y constantemente están levantando feedback para mejorar integralmente su cadena de valor con foco en las nuevas tendencias, sus necesidades y expectativas.

El segundo factor que hace a una cultura creativa, es Apertura Interna, y refiere a la capacidad de establecer un diálogo interno entre los colaboradores, el cual, apalanca el surgimiento y discusión de nuevas ideas y proyectos.

El tercer factor es Trabajo Desafiante, y muestra el impacto positivo de contar con ambientes de trabajo intelectualmente desafiantes, donde las tareas del día a día rara vez son rutinarias, generan sentido de propósito e implican una constante necesidad de las personas de dar lo mejor de sí en sus labores.

El cuarto factor es Confianza y Colaboración. Las empresas con culturas creativas e innovadoras han entendido que la cultura de trabajo de silos no sólo es ineficiente en la resolución de problemas desafiantes; constituye uno de los principales obstructores para el desarrollo de soluciones novedosas y diferenciadoras.

En quinto lugar está Compromiso Estratégico, que muestra cómo la creatividad e innovación son incluidas en la estrategia de las empresas y la manera en que los colaboradores la hacen propia. Las empresas con culturas creativas e innovadoras tienen una planta directiva que ve la innovación como una exigencia ineludible para ser más competitivos en sus mercados; lograr mejores resultados económicos, sociales y ambientales; y sus colaboradores la entienden como una parte fundamental de su trabajo cotidiano, no como una exigencia adicional.

La Autonomía también es clave para hacer que una empresa tenga una cultura creativa e innovadora; en este tipo de organizaciones prima el principio de autoorganización y orquestación de equipos de trabajo celulares, con trabajadores proactivos que cuentan con altas capacidades para adaptarse rápidamente a nuevos desafíos, y espacios para explorar nuevas maneras de hacer el trabajo del día a día.

Sin embargo, incluso las empresas con culturas creativas e innovadoras tienen dificultades para gestionar eficientemente las demás capacidades que las llevaron a ese estado. Por un lado, nuestros datos históricos revelan que solo desde el año pasado hemos logrado avances significativos en relación a los Liderazgos para la creatividad y la innovación. Aún son pocas las empresas que cuentan con una red de líderes transversales que estimulan la creatividad en sus equipos; socializan los errores cuando estos generan aprendizajes; dan retroalimentación positiva, e incentivan a las personas a colaborar para asumir nuevos desafíos.

Por otro lado, el uso estratégico de la Diversidad de los individuos y equipos es cada día más fundamental para contar con culturas creativas e innovadoras. Las empresas con altos niveles de desarrollo en esta capacidad, disponen de políticas de gestión de recursos humanos que intencionalmente contratan a personas de orígenes sociales y culturales distintos, con backgrounds y mindsets variados, lo que les permite generar aproximaciones multidisciplinarias a sus desafíos cotidianos, y con ello, construir soluciones robustas, escalables y diferenciadoras.

El Tiempo es, sin lugar a dudas, uno de los principales cuellos de botella para que una empresa cuente con una cultura creativa e innovadora. En este componente no hay recetas probadas, pero sí algunos consensos y estrategias. Estas empresas suelen contar con una política formal de tiempo protegido para que los equipos puedan transformar las ideas en proyectos, el cual es cuantitativa y cualitativamente significativo. En general, los colaboradores que trabajan en empresas con culturas creativas e innovadoras, protegen y exigen estas horas, dándole una prioridad tan alta como la tendría una reunión con clientes, por ejemplo. También cuentan con áreas dedicadas específicamente a la innovación, con equipos ágiles en el desarrollo y escalamiento de valor de los proyectos; generan instancias de innovación abierta, o bien, una triangulación de todo lo anterior, estando en mejor pie para alcanzar la ambidiestría organizacional.

Por último, han desarrollado sistemas eficientes de Recursos e Incentivos al trabajo creativo; estas empresas reconocen activamente la creatividad de los colaboradores con incentivos económicos, simbólicos y oportunidades de desarrollo profesional, además de disponer de un flujo adecuado de recursos (capital, información, espacios) para acelerar sus proyectos.

De esta manera, cuando las empresas articulan un sistema coherente sobre estas 10 capacidades, están en mejor pie para impulsar la creatividad, la innovación y la transformación digital. Nuestras investigaciones muestran que las empresas con culturas creativas e innovadoras no sólo generan un volumen más alto de ideas per cápita, sino que éstas ideas son de mayor calidad y factibilidad. También se vuelven más productivas, flexibles y cuentan con mayor agilidad para gestionar sus proyectos. En nuestros tiempos, avanzar hacia una cultura creativa e innovadora no es una alternativa para las empresas que buscan mayores ventajas competitivas, es un imperativo para que éstas puedan ser sostenibles y escalables en el tiempo, pero para que ésto suceda, la creatividad debe ser el resultado de un trabajo cotidiano que, con el debido cuidado y sistematicidad, se vuelve significativo, razonable y normal para las personas.

Fuente: https://www.brinca.global/

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