El Internet de las cosas (IoT) es una «red de redes de objetos (end points) con una única identidad que se comunican entre sí, sin intervención humana, de forma global o local. Conectan a personas, procesos, datos y cosas para transformar la información que generan en acciones en tiempo real o casi real».

Es clave entender que el IoT es mucho más que la captura de datos y su visualización o análisis, ya que es fundamental en la mejora de los procesos y las decisiones que afectan al negocio.

La importancia del IoT en la actualidad es consecuencia de la confluencia de varios factores:

  • La digitalización del mundo físico

Permite generar muchos datos gracias a la cantidad de dispositivos y sensores de un proyecto de IoT, por lo que aumentan los datos tradicionales que las empresas gestionaban hasta ahora.

  • El IoT como palanca de competitividad del negocio

El objetivo último de las soluciones de IoT es mejorar la competitividad gracias a los siguientes factores:

    • Mejora de costes y procesos asociados a la solución de IoT mediante la automatización de procesos, entre otras cosas.
    • El uso y análisis de los datos generados por los sensores. Estos datos se pueden utilizar para mejorar la oferta existente (a través de la personalización de los productos) e incluso para crear nuevos productos y servicios. Todo ello repercutirá en una mejora de la experiencia de cliente y, con ello, en un aumento de su fidelidad, así como en un aumento de la agilidad y la capacidad de reacción a la hora de responder a cualquier cambio del mercado.

El IoT va a ser una palanca clave en la transformación de las empresas y fundamental para que sigan siendo competitivas y aprovechen las oportunidades del mercado. Para ello, es necesario que elaboren un plan estratégico en el que se detalle el camino que van a seguir a través de un proceso estructurado así como los recursos, tanto económicos como técnicos y humanos, con los que cuenta para efectuar dicha transformación.

Lo primero es determinar cuál es el presupuesto disponible y definir los objetivos, procesos y métricas que se van a utilizar durante la vida del proyecto. También es importante prever qué retos pueden surgir en el proceso para intentar solventarlos lo antes posible. Apoyarse en el conocimiento de expertos y empezar realizando proyectos piloto ampliables son dos medidas importantes para alcanzar el éxito en el IoT.

Retos y barreras del IoT

Entre los principales desafíos se encuentran los siguientes:

  • La seguridad y privacidad de los datos, entre los que se encuentran la gestión de la identidad/verificación de los dispositivos, la seguridad de la red y los componentes, además de los aspectos regulatorios de los datos, que son el principal freno a la inversión.
  • La dificultad de estimar los costes y los ingresos para probar el retorno de la inversión de los proyectos de IoT, por lo que es importante evaluar los impactos del proyecto a corto y largo plazo, así como definir los indicadores claros por los que se medirá el éxito del proyecto.
  • No hay soluciones integrales, y es preciso que desarrollar un ecosistema de socios que puede llegar a ser extremadamente complejo y una barrera importante a la hora de iniciar proyectos de IoT. No todas las empresas tienen capacidad para gestionar un ecosistema, bien por la falta de personal cualificado en este tipo de soluciones y productos de IoT o bien por falta de conocimientos.
  • El desconocimiento de las posibles alternativas de conectividad es la cuarta barrera principal a la hora de invertir en proyectos de IoT. Hay una cierta confusión a la hora de entender cómo pueden afectar las distintas opciones de conectividad existentes (NB-IoT, LoRa, etc.) al planteamiento de IoT.

Conclusiones

  • Esta nueva economía digital requiere respuestas mucho más ágiles y rápidas, adaptadas al negocio cambiante y exigente, y el IoT es un elemento fundamental.
  • La correcta definición de los casos de uso y la generación de los correspondientes business cases serán herramientas decisivas en el éxito de un proyecto de Internet de las cosas.
  • La gestión del talento IoT en la organización es una pieza clave, por lo que es preciso incluir programas de formación y capacitación de los recursos internos, que reducirán los costes de operación y mantenimiento una vez finalizada la implantación.
  • El Internet de las cosas generará un nuevo tipo de datos: unos big data enfocados a una economía digital y de experiencias para usuarios y marcas. Los datos, información, aplicaciones, procesos, capacidades y conocimientos que estarán disponibles crearán nuevas oportunidades de negocio para mejorar dichas experiencias.
  • El CIO dejará de ser un ejecutivo sin importancia en la toma de decisiones de las empresas. Su rol es vital en esta época de innovación en la que vivimos, debido a que tiene en sus manos la posibilidad y la responsabilidad de elevar la conciencia en los diversos niveles de la organización para aprovechar y comunicar inteligentemente esas oportunidades a quienes toman las decisiones, así como de fomentar el pensamiento disruptivo.
  • Los ataques al IoT exponen a las empresas a la pérdida de datos y servicios, y pueden hacer que los dispositivos conectados sean peligrosos para los clientes, los empleados y el público en general. Las vulnerabilidades potenciales para las empresas de todos los tamaños seguirán creciendo a medida que más dispositivos se conviertan en dependientes de Internet. Por ello, es imprescindible incluir la ciberseguridad desde el inicio del diseño de la solución.
  • Si la seguridad debe ser obligatoriamente una prioridad en el diseño y la gestión de los proyectos de Internet de las cosas, también es importante la parte regulatoria, donde la protección de datos se ve marcada por la nueva normativa de la GPDR y sus consecuencias frente a posibles ciberataques y brechas de información.
  • Los puntos principales que hay que considerar en cualquier estrategia de despliegue de Internet de las cosas son:
    • Definir el nuevo modelo de negocio en la organización y determinar cómo se van a transformar los diferentes casos de uso, identificando los procesos, datos y aplicaciones que se van a integrar.
    • Crear casos específicos de uso en los que se cuantifiquen los beneficios de cada tecnología y se estime el coste total a lo largo del ciclo de vida de la solución.
    • Desarrollar una estrategia de big data y analítica de datos. La información recopilada por los distintos dispositivos conectados aporta un gran valor no solo para conocer el funcionamiento de los elementos que forman parte de la cadena de producción, sino también para abrir nuevas oportunidades de negocio. Pero un paso imprescindible para maximizar el valor de esta información es la capacidad de establecer una estrategia coherente de análisis de datos con unos objetivos y procesos claros que faciliten identificar el auténtico valor que los datos pueden aportar al negocio.
    • Identificar las capacidades y habilidades necesarias para implantar dichas tecnologías y decidir en qué casos se hará internamente y para cuáles es necesario apoyarse en proveedores externos y socios tecnológicos es un paso imprescindible en el proceso de transformación.
    • Buscar un socio tecnológico que entienda y comparta la visión estratégica del negocio, que acompañe y guíe a la organización durante el proceso de transformación para que este se lleve a cabo de forma estructurada.

Finalmente, es importante tener en cuenta que cualquiera de las soluciones mencionadas hasta ahora ha de incluir un componente de seguridad integral para garantizar su aplicabilidad a los diferentes casos de uso.

 

Fuente: ESIC

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